Monday, September 28, 2009

¿No hay futuro?

En 1910, durante el Centenario, un dibujante publicó en una revista porteña una imagen que pretendía reflejar el Buenos Aires de 2010. El ahora inminente Buenos Aires del Bicentenario.
Incentivado por ese ejemplo, incité, días atrás, a mis estudiantes secundarios del partido de Avellaneda a imaginarse cómo lucirá su ciudad de residencia en el año 2110, en el Tricentenario. Tras mucho hacerse rogar, mis alumnos llenaron dos hojas de papel afiche con dibujos de su autoría.
Curiosamente, el aspecto del partido de Avellaneda del Tricentenario apenas diferirá, según mis alumnos, de su aspecto actual.
Mis alumnos son muy jóvenes (recién están en 2º año de la ESB; yo les enseño Historia). Asisten a una escuela humilde. Seguramente son pobres y de escasa cultura. Refractarios a la lectura, lo cual me dificulta enseñar una asignatura tan libresca como la mía.
Así y todo, una cosa salta a la vista.
Mis alumnos son marcadamente presentistas. Se aferran firmemente al presente. A simple vista, no piensan en el futuro, ni en el pasado. Piensan en el aquí y ahora.
Tal vez sea mucho pretender un pensamiento particularmente elaborado de mis muy jóvenes alumnos. Pero es de desear que perciban la enorme relevancia de "vivir con el pasado, el presente y el futuro, de vivir con todo", como diría Víctor Massuh. Eso no es mero voluntarismo, ni está reñido con la realidad, a menudo adversa, que nos toca vivir. Todo lo contrario.

Wednesday, September 09, 2009

Mes de peso

Septiembre es un mes pródigo en efemérides. En la Argentina, es el mes-aniversario de los derrocamientos de los presidentes constitucionales Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, dos de los mandatarios más limpiamente elegidos de nuestra historia, el último de ellos depuesto de manera sangrienta y sucedido en la primera magistratura por su tercera esposa, víctima de nuestro peor golpismo. Este nuevo aniversario de la caída de Perón nos sorprende con el Sillón de Rivadavia nuevamente ocupado por una mujer, proveniente del peronismo y también casada con su predecesor, afín en su juventud, como su consorte, al peronismo brutalmente barrido del poder por el más funesto golpe militar de la historia argentina. Septiembre es también, para la Argentina, el mes-aniversario del trágico deceso de María Soledad Morales, joven víctima de la corrupción política. De la dramática desaparición de siete jóvenes estudiantes secundarios platenses, consumada en la tristemente célebre Noche de los Lápices, a quienes no puede rendirse mejor homenaje que el ver a cientos de adolescentes sacando en el colectivo ese boleto estudiantil tan duramente exigido por los desafortunados educandos de la capital bonaerense. De la Educación, palabra tan devaluada que sólo puede escribirse con mayúscula: Día del Maestro,Día del Profesor, Día del Estudiante... De la primavera... Mes de grandes celebraciones para la colectividad judía (Roschaschaná, Yom Kippur), para esa comunidad israelita masacrada durante milenios (como lo atestigua superlativamente la Shoah, consumada hace menos de un siglo), para esa populosa colectividad judeo-argentina que aún no encuentra justicia para las víctimas de los atroces atentados contra su embajada en Buenos Aires y su asociación mutual...
Sí, septiembre es un mes de peso entre nosotros. También lo es en los Estados Unidos, país conmocionado, el 11 de septiembre de 2001, por los bestiales atentados contra las Torres Gemelas del neoyorquino World Trade Center, con sus centenares de víctimas fatales, este año conmemorados con el primer ocupante de color de la Casa Blanca y el Gran País del Norte emergiendo sufridamente de una de las peores recesiones de su historia.
Sí, septiembre es un mes de peso. Y es comprensible.