Saturday, December 16, 2006

Cuidemos a nuestros herederos

La película estadounidense Juegos de guerra (1983) constituyó una advertencia pionera sobre el empleo indebido de las nuevas tecnologías por parte de los más jóvenes. A causa de su manía por los videojuegos, David, su protagonista central, muchacho de diecisiete años, descuida rubros más esenciales de su cotidianeidad (escolaridad, vida social y familiar, actividad física). En las postrimerías de la Guerra Fría, David ingresa vía módem en los sistemas de defensa nuclear del Pentágono, exponiendo a su patria a un conflicto atómico con la Unión Soviética. Localizado y detenido por el FBI, David, acompañado de su única amiga, logra eludir a sus poderosos captores y evitar la hecatombe nuclear con ayuda de un cínico ingeniero en sistemas, devastado por la muerte de su pequeño hijo. Durante su huida, David, fatigado por su largo periplo, se sienta con su amiga en un prado, cuestionando amargamente en voz alta su desmedida afición al videogame y las lamentables consecuencias de su hobby. Su amiga procura consolarlo, haciéndole notar que el asunto tiene solución. Un beso entre ambos jóvenes parece marcar el inicio de una nueva etapa en la vida de David.
No rechazo los avances tecnológicos. Mi modesto website no existiría de no haberse inventado el ordenador personal. Rechazo su empleo indiscriminado y frívolo, al cual se exponen particularmente los más jóvenes e inexpertos. Los adultos debemos advertir ese riesgo. Entre nuestros herederos puede haber muchos David.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home