Friday, December 08, 2006

Yo voté por Alfonsín

Tras la derrota en Malvinas, la Argentina inició su transición hacia su actual democracia. Tras la asunción del dictador Reynaldo Bignone, el panorama nacional comenzó a cambiar y, con ello, mi horizonte mental. El sucesor de Galtieri rehabilitó los partidos políticos (silenciados desde la destitución de Isabel)y anunció elecciones para el 30 de octubre de 1983. Tras un sexenio de asfixiante silenciamiento, se reanudaba la actividad política.
Con el peronismo desacreditado por su contribución a la instauración de la abominable dictadura procesista, recaía nuevamente sobre el radicalismo la tarea de liderar la nueva etapa. Poco podía esperarse del poco carismático Italo Argentino Luder, frecuentemente acusado de haber promovido la "guerra sucia" durante su breve presidencia interina de 1975 y desprestigiado por su cuestionable entorno, encabezado por Herminio Iglesias. Aún faltaban algunos años para la "renovación peronista" de 1986-1987.
El radicalismo, en cambio, ostentaba ciertas innovaciones atractivas. La muerte de Balbín había permitido instaurar un nuevo estilo de conducción dentro del partido de Alem, encarnado en la figura de Raúl Alfonsín. Fogoso orador y auténtico líder, el político de Chascomús no podía sino despertar la conciencia política de muchos argentinos, anestesiada por el desacreditado régimen militar.
Por entonces yo sólo tenía doce o trece años. Mi ingreso en la escuela primaria había coincidido cronológicamente con el derrocamiento de la viuda de Perón y mi infancia había discurrido bajo el signo del absurdo apoliticismo impulsado a sangre y fuego por el régimen militar. A diferencia de mi padre y abuelo, no había vivido mi niñez en una Argentina politizada. La instalación de un comité radical a metros de mi hogar paterno, con la efigie de Alfonsín estampada sobre sus cristales, me hizo simpatizar inesperadamente con el líder radical. Por entonces concurría a una escuela privada, mayoritariamente frecuentada por chicos provenientes de familias judías con simpatías por el futuro presidente. Durante los meses siguientes, Alfonsín eclipsó progresivamente al desvaído peronismo de la época, congregando multitudes galvanizadas por su magnífica oratoria.
En vísperas de la elección presidencial, tres docentes de mi escuela decidieron hacer participar a sus alumnos en un simulacro electoral. Huelga decir que voté por Alfonsín, abrumadoramente votado por los educandos involucrados en el experimento cívico.
Actualmente Alfonsín ronda los 80 años de edad y mis simpatías por él se han diluido progresivamente con el correr del tiempo. Sin embargo, no negaré que me emocioné al seguir por TV su solemne asunción presidencial, de la cual hoy se cumplen 23 años. Alfonsín tuvo una presidencia muy zarandeada a nivel político-institucional y socioeconómico. En 1999, con motivo de su grave accidente automovilístico, le escribí una nota de aliento y la deposité en la urna ad-hoc instalada por sus correligionarios en el Hospital Italiano. Pocas semanas después recibí una nota de agradecimiento, firmada por su esposa.
Cuando emití mi primer voto "en serio", en mayo de 1989, decidí apoyar al candidato presidencial de la UCR, absteniéndome de emitir el "voto castigo" emitido por muchos sufragantes resentidos ante la difícil situación económica reinante, atribuida por muchas personas a una mala política económica implementada por el gobierno radical. Hace ya seis años que no voto a un dirigente radical y dudo hacerlo en las elecciones presidenciales de 2007. Empero, Alfonsín despertó mi conciencia política. Lo menos que puedo hacer es reconocerlo.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Hola Ernesto!!!! Soy Horacio y leí algo de lo tuyo. Me gusta el estilo y el contenido. Mi preocupación principal es encontrar mecanismos de colaboración entre los ciudadanos, no importa la forma de pensar, para participar con opiniones de la marcha de nuestro país. lo mío también es abarcativo y lo tengo en: http://www2.blogger.com/profile/00358735547387048830 y otros blogs. espero tengas alguna forma de encontrar ciudadanos interesados por el futuro de Argentina, para reunirnos en una asamblea y algún día poder influir en algo. Yo no se como hacerlo. Horacio.

1:08 PM  

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