Thursday, April 28, 2011

¿El futuro emperador?

En su célebre película El último emperador, de discutible objetividad histórica, el cineasta italiano Bernardo Bertolucci pretende narrar la vida de Aisin Gioro Pu Yi, el emperador que no fue. Coronado emperador de China en 1908, a la edad de tres años, la proclamación de la república, oficializada en 1911, limitó su poder imperial a la Ciudad Prohibida de Pekín, de la cual fue exonerado en 1924. En 1935, los japoneses, que se habían adueñado de parte de China, lo convirtieron en soberano-títere de Manchuria. La derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial y la instauración del régimen comunista lo convirtieron en prisionero político de la Rusia estalinista y del sistema maoísta. Este último lo recluyó en un centro de rehabilitación durante diez años, del cual egresó en 1959, convertido en un individuo corriente empleado como jardinero hasta su muerte en 1967. Pu Yi nunca tuvo poder efectivo. Como emperador de China, sólo pudo reinar dentro de su gran palacio pequinés. En Manchuria debió acatar el poder japonés. Durante sus últimos veintidós años de vida, debió acatar el poder político del comunismo chino-soviético.
Mañana, 29 de abril de 2011, Inglaterra presenciará una boda real: los esponsales del príncipe Guillermo, que algún día ceñirá la corona británica bajo el nombre de Guillermo V. Como rey, Guillermo carecerá de poder efectivo. La Gloriosa Revolución de 1688 trasladó el centro del poder político inglés al Parlamento. Nada ha cambiado desde entonces en Inglaterra, al menos en lo referente a esa cuestión.
A diferencia de Victoria I, tatarabuela de su abuela, el futuro Guillermo V no heredará el imperio sin puestas de sol del rey Carlos I de España, emparentado con la familia real inglesa por el matrimonio de Felipe II con la hermana de Isabel I. Como tampoco lo heredó Isabel II, coronada cinco años después del reconocimiento británico de la independencia de una India alguna vez concebida como la joya más preciada de la Corona inglesa. Como tampoco lo heredará el padre de Guillermo. Los sucesores inmediatos de Isabel II no están destinados a heredar un imperio verdadero, aunque, en principio, están destinados a heredar un imperio simbólico, compuesto por las Islas Malvinas, salvo que el gobierno inglés acepte restituir el archipiélago austral a la Argentina, heredera legítima del desaparecido imperio hispanocolonial y, por ende, del territorio malvínico.
Bertolucci llamó a Pu Yi el último emperador de China. ¿Debemos considerar al futuro Guillermo V como al futuro emperador de Malvinas?
Desde ya, deseo la mayor de las venturas para el matrimonio del futuro Guillermo V, alejada de las desdichadas experiencias conyugales de sus padres y tíos. Pero también deseo, como argentino, ver flamear la enseñanza celeste y blanca sobre la perdida perla austral de la diadema de mi patria.

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