Friday, June 25, 2010

La podaroshna de Nicolás Korpanoff

En su novela Miguel Strogoff, Julio Verne imagina a un zar ruso decimonónico enfrentado a una insurrección tártara en sus dominios asiáticos y la consecuente interrupción de las comunicaciones telegráficas y consiguientemente obligado a confiar a un correo secreto siberiano una importante comunicación para su hermano, titular de un gran ducado ruso con capital en la ciudad siberiana de Irkutsk, a cinco mil kilómetros del palacio moscovita del emperador de todas las Rusias. El correo secreto responde al nombre de Miguel Strogoff, pero, para resguardar su identidad ante el renegado Iván Ogareff, temible jefe del pronunciamiento tártaro, deberá guardar celosamente la misiva imperial y utilizar el nom de guerre de Nicolás Korpanoff, comerciante siberiano mencionado en el pasaporte interno (podaroshna)proporcionado por el secretario del zar al intrépido mensajero. En su azaroso camino, Miguel Strogoff tomará bajo su protección a Nadia, una valerosa y joven viajera obligada, ante la muerte de su madre en Riga, capital letona, a atravesar el territorio asolado por los tártaros y reunirse con su padre, desterrado en Irkutsk, donde Nadia y Miguel contraerán matrimonio tras la derrota y muerte de un Iván Ogareff inútilmente empecinado en suplantar a Miguel Strogoff ante el gran duque de Irkutsk. Miguel puede, finalmente, dormir el sueño de los justos, libre de su forzosa identidad apócrifa, que lo ha obligado a negar su verdadera filiación ante su propia madre, circunstancialmente encontrada en su camino.
Durante los dos primeros siglos de vida republicana de su patria, recientemente celebrados a gran escala, el argentino promedio se ha visto obligado a recorrer su propio país portando la podaroshna de Nicolás Korpanoff y ocultando celosamente a su verdadero ser, a su Miguel Strogoff, ante los Iván Ogareff de su tierra natal. Durante la era rosista, negarse a apoyar incondicionalmente al Restaurador se castigaba con la muerte o, al menos, con el destierro. Nuestros Miguel Strogoff anti-Korpanoff del periodo rosista portaron nombres verdaderos como Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi. Pagaron por su audacia con largos años de exilio forzoso. Lo mismo ocurrió con los exiliados antiperonistas del primer decenio peronista y peronistas del periodo antiperonista de 1955-1966. Empezando por el propio Perón, que en 1964 intentó infructuosamente regresar de su exilio madrileño con un pasaporte paraguayo a nombre de un profesor asunceño de apellido idéntico al apellido materno del controversial exiliado. Durante los durísimos años del régimen procesista, muchos argentinos negaron forzadamente su costado Strogoff, sumidos en un cruel exilio interno en su propia patria.
La restauración democrática de 1983 parecía ser lo suficientemente sólida como para fundamentar un descarte definitivo de la versión argentina de la podaroshna de Nicolás Korpanoff. Veintisiete años después, sin embargo, muchos argentinos siguen temiendo exhibir su costado Strogoff. Siguen temiéndole a la sinceridad.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home