Tuesday, May 25, 2010

Vivamos en efemérides

Nací en 1970. Cuando era niño, siempre escuchaba, al acercarse una fecha patria, la palabra efemérides, cuyo significado nadie me explicaba. Días atrás, al aproximarse el Bicentenario de la Revolución de Mayo, busqué la palabra efemérides en Wikipedia. Descubrí que la palabra efemérides tiene varios significados, que acá no mencionaré. La definición que viene al caso es la siguiente: se llama efemérides a la conmemoración de un “acontecimiento importante acaecido en determinada fecha” .
Así entendida, la efemérides ocupó, durante mucho tiempo, un lugar importante en la vida de los argentinos. Todavía se habla del Centenario y Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, del centenario del fallecimiento de San Martín, del Sesquicentenario de la Declaración de Independencia. Yo mismo recuerdo efemérides importantes: el bicentenario del nacimiento de San Martín, el cuarto centenario de la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires...
La efemérides de Mayo ya se conmemoró en 1811, en el primer aniversario de la Revolución. Durante gran parte del siglo XIX, la efemérides de Mayo tuvo un formato de festejo callejero, de “fiesta maya”, aparentemente recuperado, por estos días, en los multitudinarios festejos de Bicentenario de la Avenida 9 de Julio de Capital Federal.
Hacia 1880 la cosa cambió. Por entonces, llegaban al país miles de inmigrantes europeos, cuyos hijos criollos debían, según nuestros gobernantes, ser “argentinizados” en la escuela, que parecía ser el ámbito más apropiado para ello. Durante los siguientes cien años, la efemérides de Mayo tuvo, como las demás fechas patrias, un formato predominantemente escolar, de festejo “entre muros”, que aún persiste en los niveles educativos infantiles, aunque a los mismos ya estén asistiendo tataranietos de aquellos inmigrantes.
En 1983, la Argentina recuperó su democracia, que conserva hasta la fecha. Pero, al mismo tiempo, parece haber perdido sus efemérides. Su lugar parece haber sido ocupado por los famosos “fines de semana largos”. No digo que eso esté mal. La vida es exigente. Los niños, adolescentes y adultos jóvenes deben prepararse para un mundo exigente. Los adultos de mediana edad debemos responder a esas exigencias, enseñar a afrontarlas a los niños, adolescentes y adultos jóvenes y ayudar a sobrellevarlas a los adultos mayores y personas con capacidades diferentes. Todos necesitamos descansar de vez en cuando.
Los argentinos debemos redefinir nuestro concepto de efemérides, amoldándolo a nuestra actual realidad histórica. En la Argentina actual, la efemérides no debe ser entendida como un simple ritual, sino como un modo de vida. Todos los días deben ser de efemérides. Efemérides entendida como acontecimiento social, como compromiso y responsabilidad en la vida cotidiana. Compromiso y responsabilidad asumidos a través de distintos ámbitos (la familia, la escuela, el barrio…). Compromiso y responsabilidad asumidos en todos los ámbitos de construcción de ciudadanía: el ámbito político, el identitario, el intercultural, el ambiental, el recreativo, el deportivo, el artístico… Compromiso y responsabilidad entendidos en términos de valores, de esos valores aparentemente hiperdevaluados en la actualidad. Compromiso y responsabilidad entendidos como una revalorización, ante todo, del respeto. Del respeto por la sabiduría de nuestros mayores, por la diversidad, por el patrimonio cultural, por citar unos pocos ejemplos.
“Se levanta a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación”, decía la versión anterior del Himno Nacional. Adoptemos inmediatamente una actitud ininterrumpida de efemérides, para que esas bellas palabras sean algo más que buena poesía cuando, dentro de cien años, nuestros descendientes celebren el Tricentenario.

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