Sunday, August 08, 2010

Todos los días son del niño

Para Carolina Píparo y Juan Ignacio Buzzali no habrá un feliz Día del Niño en 2010. Y no porque ya no sean niños y carezcan, por ende, del derecho de recibir regalos de Reyes y del Día del Niño. Distinta sería hoy su situación si su hijo Isidro Buzzali hubiera nacido normalmente en vísperas del Día del Niño. Hoy los Píparo, los Buzzali y demás apellidos relacionados rivalizarían, en la medida de sus posibilidades, en agasajos al pequeño Isidro. Lamentablemente, no fue así. Isidro nació octomesino y tras haber sido extraído, por cesárea de emergencia, del vientre de una madre baleada en una salidera bancaria de La Plata. Falleció una semana después, con todos sus órganos vitales comprometidos e incapaz de responder a todo estímulo vital artificial. En este Día del Niño, el padre y los familiares de Isidro se han visto obligados, en lo referente al pequeño Isidro, a reemplazar las compras de juguetería por el ocultamiento de la infausta noticia a una Carolina embarcada en una lucha por su vida, la ansiosa espera de los partes médicos sobre su evolución sanitaria, las acciones legales y la no siempre discreta intervención mediática. Ni siquiera tienen el consuelo de llevar flores a la tumba del pequeño Isidro, cuyo cuerpecillo aguarda su autopsia judicial en una morgue.
No tengo hijos, pero el caso de Isidro me incita a instar a los padres a valorar a sus vástagos. Todos los días son del niño. No sólo el segundo domingo de agosto.

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