Sunday, October 04, 2009

Gracias, Negra

Escuché a Mercedes Sosa por primera vez en una grabación, en 1982, a los 12 años, cuando la Negra volvió de su exilio y volvieron a circular sus discos. Fui a dos recitales suyos en el Luna Park. Uno en 1987, con mi abuela materna, que en paz descanse. Otro, en 1993, con mi madre. No la escucho regularmente hace ya muchos años. Pero aún me conmueve recordar su voz sin par. Fue nuestra Edit Piaf, nuestra Ella Fitzgerald, nuestra gran cantante popular.
En la madrugada de hoy se apagó esa voz, que alguna vez había sentenciado, con palabras imitadas y arte inimitable, que, si calla el cantor, calla la vida. Pero sólo se ha apagado en el sentido de que ya no resonará públicamente, salvo en las grabaciones. Nunca se apagará en el alma de quienes crecimos gracias al arte de la Negra y su incitación a pensar y vivir.
La Negra me ayudó a crecer, a salir de la estúpida burbuja procesista de mi infancia. Me ayudó a apreciar la música, compañía infaltable en mi vida desde mi adolescencia. Cambian los gobiernos, los planes y situaciones económicas... Porque, como sentenció la Negra desde el escenario, cambia, todo cambia...
Pero no creo que cambien mis sentimientos por ella, que, de hecho, siguen siendo los mismos que hace muchos años. ¿Qué más puedo decir? Sólo una cosa: Gracias, Negra.

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