"Las Condiciones Éticas de la Libertad" (2)
Segundo encuentro. 16 de abril de 2007
Dr.Armando Ribas: Aquí pretenden dilucidarse varios mensajes. El primero es que el mundo cambió a la par de una conceptualización ética de contenido antropológico. Debemos recordar que los cambios no benefician a todos por igual, como lo demuestra el ineficiente reparto de la riqueza material entre los seres humanos. También debemos recordar que el componente racial y religioso no es realmente determinante.
"Suele atribuirse erróneamente la idiosincrasia estadounidense a su condición anglosajona y protestante, supuestamente superior a la latina. Al analizar el texto y dificultoso proceso de elaboración de la Constitución estadounidense de 1787, percibimos un componente racista que niega la excepcionalidad estadounidense en su texto constitucional, más detectable en el vertiginoso crecimiento material de los Estados Unidos, cuya situación se veía dificultada, al alborear su vida independiente, por las discrepancias sobre la forma de gobierno a implementar en la joven nación americana. Jefferson denunciaba el impacto negativo de los intereses egoístas de ciertos elementos de la sociedad estadounidense y de la conducta permisiva de los poderes estaduales sobre los intereses comunes a toda la nación, situación agravada por la debilidad del gobierno central. En el tramo inicial de su historia independiente, los estadounidenses no se creían superiores, sino que percibían las considerables dificultades organizativas impuestas a la nueva nación.
"Los primeros estadounidenses no sólo crearon una nueva forma de gobierno. También preconizaron el respeto a los derechos individuales, frecuentemente manipulado en favor de una política absolutista. Según Tocqueville, el vicio suele prevalecer sobre la virtud.
"La principal diferencia entre Sudamérica y los Estados Unidos es de carácter ideológico. Sudamérica adoptó los lineamientos de la Revolución Francesa, carente del andamiaje jurídico e institucional presente desde un principio en los Estados Unidos, que lo adoptaron de Inglaterra, donde Hume advertía sobre los riesgos de tildar de traición a la patria toda señal de discrepancia respecto del poder político. Simón Bolívar consideraba que Sudamérica necesitaba gobiernos dictatoriales y no podía albergar gobiernos a la usanza estadounidense.
"El Iluminismo y la Revolución Francesa han sido señalados como la génesis del pensamiento político contemporáneo. Según Peter Drucker, políticos tan disímiles como Robespierre o Hitler son producto del fracaso del liberalismo. En 1910, en su libro La Revolución Francesa y Sudamérica, el uruguayo Luis Alberto de Herrera sostuvo que Sudamérica era deudora de la Revolución Francesa en lo referente a la instauración de los gobiernos autoritarios sudamericanos. Según Herrera, los sudamericanos habían interpretado antojadizamente la Revolución Francesa.
"Según Tocqueville, el socialismo y la concentración del poder son fruto del mismo suelo y los peores culpas de la Revolución Francesa recaen sobre los economistas, que interpretaron los derechos individuales en función de la utilidad pública. Según Tocqueville,los pueblos creen amar la libertad al odiar a la clase dominante.
"Maquiavelo inició el llamado "realismo político". Propuso pautas para el engaño del pueblo por parte del príncipe, tarea simplificada, a su entender, por la ingenuidad del individuo promedio. El "bien común", conocido únicamente por quien detenta el poder, es la raíz de todo despotismo.
"En el plano ético no debemos contraponer entre sí Estado y mercado, sino intereses particulares e intereses generales. Según Maquiavelo, la gente quiere poder. Empero, poder y felicidad no son incompatibles. La posesión del poder puede generar una felicidad inviable desde su carencia.
"La visión maquiavélica del poder nos remite a la visión hobbesiana. Hobbes define al "Leviatán" como el dios inmortal al cual la Humanidad debe su bienestar. Según Hobbes, el hombre es "lobo del hombre" y el estado de Naturaleza, estado de guerra. Según Hobbes, ninguna nación puede subsistir sin un poder político y religioso absoluto, cuyo otorgamiento al gobernante conspira contra los derechos individuales, concepto expresado al instaurarse la dictadura de Cromwell, definida por Hume como la peor tiranía soportada por Inglaterra.
"Según Locke, no hay libertad sin ley. Locke no percibe las reducidas dimensiones de la clase propietaria, detalle detectado por los revolucionarios norteamericanos dieciochescos. Locke confunde la libertad con una anarquía a su entender evitable con la implantación de un poder absoluto.
"Montesquieu denota alguna impronta de Locke, quien, al definir los distintos sistemas de gobierno, señala que la república y la democracia se sustentan en la virtud. Montesquieu confunde prematuramente socialismo y democracia. Según Montesquieu, el amor a la república es el amor a la democracia, esta última requerida, para su subsistencia, de una cierta frugalidad, muy posiblemente inexigible a la hedonista especie humana. Ese concepto hallará posteriormente un cierto eco en Rousseau. Montesquieu preconiza una división de poderes ya determinada por Locke, quien no incluye específicamente al poder judicial, debido, tal vez, a la reforma judicial inglesa de tiempos de Locke. Según Rousseau y Kant, no puede limitarse la potestad legislativa del Estado. Rousseau participó del romanticismo y del racionalismo. La religión, como idea absoluta, no es racionalizable: deriva de la ignorancia del más allá y, según Kant, no puede explicarse en términos racionales.
"Los logros de los Estados Unidos se enraizan filosóficamente en Hume. Rousseau atribuye la decadencia moral al desarrollo científico y artístico. Según Rousseau, las enfermedades y demás males de la Humanidad corrompen a una especie humana originariamente buena. En carta a Rousseau, Voltaire señala el carácter altamente complejo de la tarea de cambiar a un hombre corrompido, según Rousseau, por la sociedad.
"Anticipándose a Marx, Rousseau sugiere abolir la propiedad privada, definiéndola como un mal de la Humanidad. Según Rousseau, la producción de la tierra pertenece a todos los seres humanos.
"Al analizar la teoría rousseauniana de la soberanía y voluntad general, debemos recordar que esta última es, según Hegel, la voluntad del monarca. Según Rousseau, esa cuestión es regulada por quienes detentan el poder.
"Según Montesquieu, los intereses particulares perjudican a los intereses generales. Rousseau antropomorfiza la sociedad al postular el desmembramiento y reconstitución de la separación de poderes. Según Rousseau, el bien común es algo innegable e inobjetable. Cabe preguntarse si el hombre debe adaptarse al sistema o viceversa. Cuando sugiere cambiar al hombre, Rousseau discrepa con Hume, quien niega que pueda cambiarse al ser humano. Si insistimos en definir a Europa como el paradigma más encomiable, no lograremos detectar cabalmente el meollo de la problemática humana, tarea también obstaculizable al idealizarse la especie humana, a la usanza racionalista o liberal.
"Rousseau anticipa la ética kantiana. No puede negarse el derecho del ser humano a la felicidad, cuyo ejercicio puede, empero, verse condicionado por el poder político. Según Kant, no pueden conocerse los fenómenos y la razón no puede conocer. Según su primer imperativo categórico, todo acto debe universalizarse para ser moral. Según Kant, nadie puede ser feliz sin cumplir su deber, contrariando a quienes consideran natural la búsqueda de la felicidad. Al imperativo categórico kantiano pueden (según Ayn Rand) atribuírsele justificaciones arbitrarias.
"Al analizar el sistema político, Kant sostiene, como Rousseau, que el gobernante (cuyo poder no puede limitarse)no puede tener intereses contrarios a su sociedad de pertenencia. Nos hallamos así ante una virtual dictadura moral.
"Kant es el primero en teorizar la problemática del rol histórico de la razón, llevada por Hegel hasta sus últimas consecuencias. Kant niega la brecha entre la ciencia natural y la ciencia política. Según Kant, el hombre quiere la paz, pero una naturaleza supuestamente más sabia le impone la guerra, cuyos costos recaen, según Hume, sobre la sociedad. Kant prefiere la república a la democracia, imponiendo el imperativo categórico a la primera.
Dr.Armando Ribas: Aquí pretenden dilucidarse varios mensajes. El primero es que el mundo cambió a la par de una conceptualización ética de contenido antropológico. Debemos recordar que los cambios no benefician a todos por igual, como lo demuestra el ineficiente reparto de la riqueza material entre los seres humanos. También debemos recordar que el componente racial y religioso no es realmente determinante.
"Suele atribuirse erróneamente la idiosincrasia estadounidense a su condición anglosajona y protestante, supuestamente superior a la latina. Al analizar el texto y dificultoso proceso de elaboración de la Constitución estadounidense de 1787, percibimos un componente racista que niega la excepcionalidad estadounidense en su texto constitucional, más detectable en el vertiginoso crecimiento material de los Estados Unidos, cuya situación se veía dificultada, al alborear su vida independiente, por las discrepancias sobre la forma de gobierno a implementar en la joven nación americana. Jefferson denunciaba el impacto negativo de los intereses egoístas de ciertos elementos de la sociedad estadounidense y de la conducta permisiva de los poderes estaduales sobre los intereses comunes a toda la nación, situación agravada por la debilidad del gobierno central. En el tramo inicial de su historia independiente, los estadounidenses no se creían superiores, sino que percibían las considerables dificultades organizativas impuestas a la nueva nación.
"Los primeros estadounidenses no sólo crearon una nueva forma de gobierno. También preconizaron el respeto a los derechos individuales, frecuentemente manipulado en favor de una política absolutista. Según Tocqueville, el vicio suele prevalecer sobre la virtud.
"La principal diferencia entre Sudamérica y los Estados Unidos es de carácter ideológico. Sudamérica adoptó los lineamientos de la Revolución Francesa, carente del andamiaje jurídico e institucional presente desde un principio en los Estados Unidos, que lo adoptaron de Inglaterra, donde Hume advertía sobre los riesgos de tildar de traición a la patria toda señal de discrepancia respecto del poder político. Simón Bolívar consideraba que Sudamérica necesitaba gobiernos dictatoriales y no podía albergar gobiernos a la usanza estadounidense.
"El Iluminismo y la Revolución Francesa han sido señalados como la génesis del pensamiento político contemporáneo. Según Peter Drucker, políticos tan disímiles como Robespierre o Hitler son producto del fracaso del liberalismo. En 1910, en su libro La Revolución Francesa y Sudamérica, el uruguayo Luis Alberto de Herrera sostuvo que Sudamérica era deudora de la Revolución Francesa en lo referente a la instauración de los gobiernos autoritarios sudamericanos. Según Herrera, los sudamericanos habían interpretado antojadizamente la Revolución Francesa.
"Según Tocqueville, el socialismo y la concentración del poder son fruto del mismo suelo y los peores culpas de la Revolución Francesa recaen sobre los economistas, que interpretaron los derechos individuales en función de la utilidad pública. Según Tocqueville,los pueblos creen amar la libertad al odiar a la clase dominante.
"Maquiavelo inició el llamado "realismo político". Propuso pautas para el engaño del pueblo por parte del príncipe, tarea simplificada, a su entender, por la ingenuidad del individuo promedio. El "bien común", conocido únicamente por quien detenta el poder, es la raíz de todo despotismo.
"En el plano ético no debemos contraponer entre sí Estado y mercado, sino intereses particulares e intereses generales. Según Maquiavelo, la gente quiere poder. Empero, poder y felicidad no son incompatibles. La posesión del poder puede generar una felicidad inviable desde su carencia.
"La visión maquiavélica del poder nos remite a la visión hobbesiana. Hobbes define al "Leviatán" como el dios inmortal al cual la Humanidad debe su bienestar. Según Hobbes, el hombre es "lobo del hombre" y el estado de Naturaleza, estado de guerra. Según Hobbes, ninguna nación puede subsistir sin un poder político y religioso absoluto, cuyo otorgamiento al gobernante conspira contra los derechos individuales, concepto expresado al instaurarse la dictadura de Cromwell, definida por Hume como la peor tiranía soportada por Inglaterra.
"Según Locke, no hay libertad sin ley. Locke no percibe las reducidas dimensiones de la clase propietaria, detalle detectado por los revolucionarios norteamericanos dieciochescos. Locke confunde la libertad con una anarquía a su entender evitable con la implantación de un poder absoluto.
"Montesquieu denota alguna impronta de Locke, quien, al definir los distintos sistemas de gobierno, señala que la república y la democracia se sustentan en la virtud. Montesquieu confunde prematuramente socialismo y democracia. Según Montesquieu, el amor a la república es el amor a la democracia, esta última requerida, para su subsistencia, de una cierta frugalidad, muy posiblemente inexigible a la hedonista especie humana. Ese concepto hallará posteriormente un cierto eco en Rousseau. Montesquieu preconiza una división de poderes ya determinada por Locke, quien no incluye específicamente al poder judicial, debido, tal vez, a la reforma judicial inglesa de tiempos de Locke. Según Rousseau y Kant, no puede limitarse la potestad legislativa del Estado. Rousseau participó del romanticismo y del racionalismo. La religión, como idea absoluta, no es racionalizable: deriva de la ignorancia del más allá y, según Kant, no puede explicarse en términos racionales.
"Los logros de los Estados Unidos se enraizan filosóficamente en Hume. Rousseau atribuye la decadencia moral al desarrollo científico y artístico. Según Rousseau, las enfermedades y demás males de la Humanidad corrompen a una especie humana originariamente buena. En carta a Rousseau, Voltaire señala el carácter altamente complejo de la tarea de cambiar a un hombre corrompido, según Rousseau, por la sociedad.
"Anticipándose a Marx, Rousseau sugiere abolir la propiedad privada, definiéndola como un mal de la Humanidad. Según Rousseau, la producción de la tierra pertenece a todos los seres humanos.
"Al analizar la teoría rousseauniana de la soberanía y voluntad general, debemos recordar que esta última es, según Hegel, la voluntad del monarca. Según Rousseau, esa cuestión es regulada por quienes detentan el poder.
"Según Montesquieu, los intereses particulares perjudican a los intereses generales. Rousseau antropomorfiza la sociedad al postular el desmembramiento y reconstitución de la separación de poderes. Según Rousseau, el bien común es algo innegable e inobjetable. Cabe preguntarse si el hombre debe adaptarse al sistema o viceversa. Cuando sugiere cambiar al hombre, Rousseau discrepa con Hume, quien niega que pueda cambiarse al ser humano. Si insistimos en definir a Europa como el paradigma más encomiable, no lograremos detectar cabalmente el meollo de la problemática humana, tarea también obstaculizable al idealizarse la especie humana, a la usanza racionalista o liberal.
"Rousseau anticipa la ética kantiana. No puede negarse el derecho del ser humano a la felicidad, cuyo ejercicio puede, empero, verse condicionado por el poder político. Según Kant, no pueden conocerse los fenómenos y la razón no puede conocer. Según su primer imperativo categórico, todo acto debe universalizarse para ser moral. Según Kant, nadie puede ser feliz sin cumplir su deber, contrariando a quienes consideran natural la búsqueda de la felicidad. Al imperativo categórico kantiano pueden (según Ayn Rand) atribuírsele justificaciones arbitrarias.
"Al analizar el sistema político, Kant sostiene, como Rousseau, que el gobernante (cuyo poder no puede limitarse)no puede tener intereses contrarios a su sociedad de pertenencia. Nos hallamos así ante una virtual dictadura moral.
"Kant es el primero en teorizar la problemática del rol histórico de la razón, llevada por Hegel hasta sus últimas consecuencias. Kant niega la brecha entre la ciencia natural y la ciencia política. Según Kant, el hombre quiere la paz, pero una naturaleza supuestamente más sabia le impone la guerra, cuyos costos recaen, según Hume, sobre la sociedad. Kant prefiere la república a la democracia, imponiendo el imperativo categórico a la primera.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home